Los pescados.
Lavarlos enteros, con agua fría y especialmente en la zona de las vísceras y cabeza para evitar que se ablanden.
Ante de cocinar el pescado, frotarlos con un limón cortado por la mitad y dejarlos un tiempo con sal gruesa, para que no se abran durante la cocción ya que la carne queda bien firme.
Si se desea servir pescado frío, dejar que el mismo se enfríe en el agua en la cual se ha cocinado hasta que esté tibio.
Si se lo va a consumir al día siguiente, conservarlo envuelto en un paño húmedo.
Para lograr un mejor sabor en los pescados que se cocinan a la parrilla, lo mejor es remojarlos con hojas de romero.
Para cocinarlos mejor, antes de colocarlos en la parrilla, abrirlos desde el lomo y limpiar las vísceras, pero sin llegar a cortar la piel del vientre.
Para que los pescados cocinados en la parrilla queden bien jugosos, se pueden cocinar envueltos en un papel aceitado.
Si se desea pescados fritos bien crujientes, se deben cocinar en abundante aceite y bien caliente.
Si no se esta seguro que las sardinas y ensacados azules sean bien frescos, se debe evitar su ingestión, ya que pueden producir graves intoxicaciones.
Como la piel del congrio tiene un sabor muy fuerte, es conveniente quitársela antes de adobarlos o condimentarlos.
Una excelente y muy sana forma de cocinar el pescado es al vapor, siempre procurando que el agua no toque la carne.
El cazón es un pescado muy bienvenido para las amas de casa, ya que no posee espinas. Algunas lo rechazan por su fuerte olor, pero este desaparece si lo colocamos unos 15 minutos en leche cruda y luego procedemos a cocinarlo según la preferencia de cada uno.
Para poder conservar el sabor original de la langosta, hay que evitar hervirlas con finas hierbas.
Se calcula unos 200 gramos de filete o 450 gramos de pescado entero por porción por persona.
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